Son tus temores las cárceles
que encierran a tu alma muerta,
y yo llamando a la puerta
sabiendo que tú me hueles
y oliendo ya tu saliva.
Deseos, tiempo, sativa,
tus cosquillas y mis dientes,
con todo lo que me sientes
es normal que ya no escriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario