martes, 27 de enero de 2015

Ésta noche.

La tristeza se come mi alma,
y con tranquilidad que ofrece,
ofrezco una mente en sus trece,
pero sin una pizca de calma.

La soledad gana otro asalto,
y ya otra batalla perdida,
en esta guerra de la vida,
en la que de todo estoy falto.

Me falta la fuerza de dentro,
también el sanar mis heridas,
hasta faltan causas perdidas,
y así ya ni yo me concentro.

Está mierda promete ser larga,
como mis caminos de alambre,
ya dudo si soy un fiambre,
me pesa demasiada carga.

Y espero que las cicatrices de mi corazón se curen algún día, aunque en mi fondo, (si es que existe) sé que no será así. Y si no, que acabe rápido; además que no duela, demasiado tengo ya.

No sé. Se me da bien morir antes de nacer, sufrir antes de existir, caer al suelo y partirme el cuello antes de haber explotado...

Qué más da. A quién le importan los muertos que nunca han estado vivos, a quién le importan las posiblidades.

A quién le importan los que pasan sin hacer mucho ruido y se van sin ser nada.

sábado, 24 de enero de 2015

Pendientes por pensar. (Vida)

Sin ton ni son,                                                              Y corazón.
       y yo por vos,                                                                     termínalo,
              teniendo voz,                                                                          corriéndonos,
                    para gritar,                                                                                 siempre pa estar
                          que me he dormido.                                                                         haciendo ruido.



Si no hay futuro,                                                      Sin ser mi turno,
         pa que brindar,                                                             pa adelantar,
                   sin dar un duro,                                                       siendo yo mudo,
                                a la libertad,                                                                   para el amar,
                                          del viento.                                                                      qué acierto.


Salgo por patas,                                                       Y lo que acatas, 
     que hay muchas ratas,                                                     sola te atas...
                           en esta lata,
                               que estoy metido.                                     También conmigo.



                                              Y con amor,                Y en esta playa,
                                              te digo, nena,              de amor tardío,
                                              que con la arena,         voy por el río
                                              tengo valor.                 de querer tralla.




                                                                 Y nada más.

Día a día.

Soledad, la muerte servida en chupitos.
No quiero que me hagas ni puto caso si grito.
Que cualquier sonrisa que se me venga la omito.
Necesito respirar.

Pensar, sentado en la silla del dolor.
Y morir, sintiendo en mis huesos el honor.
Colapsar nuestras almas con gritos y sudor.
Me vendría bien el no estar.

La virgen del fracaso me ha encontrado y me ha besado.
Por más que yo le gritaba "¡Ya no te quiero a mi lado!"
mi cerebro colapsó y mi cabeza ha explotado.
Y sigo sin despertar,
ni ganas de respirar,
ni a nadie nunca besar,
que nada me haga brillar...
Sólo con mi soledad.

martes, 20 de enero de 2015

Ti, tú, te.

Deja quietos mis cajones,
que pa joder corazones,
es mejor dar palo al agua.

Y siguiendo con la fragua
recaudando tus rincones
mis flores en tus jarrones.

De mi vida de aventura,
saca un poco de locura
y aplícala pa' seguir.

Que en mí late roca dura,
ya que todo lo sentí...
Y nada, lo que he vivido
sigue sin callar el ruido
de los monstruos que en mi mente,
la pena deja presente...

Uy...

Que me voy por peteneras,
y sin ser buen andaluz,
sólo que ésta es la primera,
que me escribo a tu salud.

Eme.

Lo mejor son esas cosas, las que empiezan de la nada.
Nada que lo es todo.

Y vamos a mitad de fuelle.
Falta un dolor de mi escombro corporal a tu prieta cáscara de ángel, y falta mi lengua llena de espinas clavándose en tus heridas que no paran de sangrar.

También falta el agua de la fuente de tus muslos calentándome por dentro, (si es posible calentarme), cuando nos hagamos uno y todo.

Faltan horas, faltan besos, faltan uñas en mi espalda, faltan voces, faltan versos, falta el roto de tu falda.

Se supone que hay tiempo por delante, pero pecar de impaciente en éste "mundo" donde el tiempo sólo es otra ilusión es lo más normal.
Como sólo existe presente somos lo que tenemos y no somos nada.

Pero espero que lo seamos todo, a ver si hay "tiempo"...

lunes, 19 de enero de 2015

Romance moribundo.

En calle de dos caminos,
la vida y la muerte están;
tenues y grises esperan
que me decida a avanzar.

Me decido y voy andando
y andando empiezo a observar
que tiro por el camino,
camino de la mitad.

Ni la vida ni la muerte,
nada callará el pesar,
así que me quedo en medio
y esperando mi acabar.

Acabar lúgubre y frío
que cito en este cantar
cantar que habla del camino,
de mi absurdo terminar.

Y cuando por fin acabe,
el camino y en el mar,
ya nade yo para siempre
entre las algas y sal.

En el mar de almas oscuras
dejaré de respirar,
cuando de una vez acabe
mi largo y lento pesar.

Para ver si lo que dicen,
esos indios es verdad,
y en otro cuerpo más firme
me vuelvo a resucitar.

Como decía el chico rocker,
"Yo no me quiero matar."
Pero si algo me mata,
no me tendré que quejar.

martes, 13 de enero de 2015

Belleza.

Demasiado sueño,
de vivir sin dueño.

Por eso aquí estoy,
fumando, escribiendo,
jodido y sintiendo,
soñando despierto,
qué será del hoy.

Porque ya mañana,
con cabeza fría,
que al cuerpo se alía.
Diciéndote, "tía,
mejor besa otra rana."

Que ésta ya está muerta,
muy seca y vacía,
de poder huiría,
corriendo a las vías,
partiendo las puertas.

Puertas de desesperanza,
de una vida que se rompe,
y sin nada que le arrope,
alma que ya no corrompe,
ya no existe confianza.

Y que pa vivir a ciegas,
prefiero morir muy lento,
siempre yo el malo del cuento,
y que me muera si miento,
que me como el firmamento,
por esas estatuas griegas.

Poco queda ya de esto,
la belleza natural,
una sonrisa cordial,
sólo veo por el cristal,
tienes que enseñarme el resto.

Atropellado.

Corriendo en pasillo oscuro,
voy buscando algo de mí,
de lo que yo algún día era,
antes de la primavera,
que me impidió el resistir.

En esta vida de apuros,
voy rezándole por ti;
para que tú nunca mueras,
y de verdad verdadera,
quieras junto a mí seguir.

Sólo el agua y el pan duro,
que te hacen quererme así.
Ahora ando por las aceras,
evitando carretera,
y esas ruedas que no vi.

Copla a la muerte de un nosotros (1:38)

Con el corazón en pausa,
voy pensando lo vivido,
y es por ti.

Que ya no encuentro la causa,
pa seguir estando vivo.
Me dormí.

Soñé que quererte tanto,
trajóme a mí sólo llanto.
Desperté.

Y que no soy ningún santo,
tranquilo y curao de espanto...
Reventé.

domingo, 11 de enero de 2015

Mi herida.

De ella brota mi esperanza,
sangrando con la templanza,
de al que le da igual morir.

Esperando a esa tardanza,
a cuando al dios de balanza,
bien decida decidir.

Con ella bien sangra un río,
que en kilómetros amplío,
pero no lo amplío en tristeza.

Si ya sólo siento frío,
cada día es un nuevo hastío,
de alma que sólo bosteza.

Pero me voy por las ramas,
que vengo a hablar de las llamas,
esas que escupe mi herida.

Ésta herida que tú aclamas,
de la que fan te proclamas,
la que yo llamo poesía.

Qué pronto me va matando,
la herida que voy creando,
que siempre lo hice por vos.

Que me creo que voy borrando,
las cicatrices del llanto,
que serán tuyas, por Dios.

Y ésta herida que no cierra,
con más bajas que la guerra,
guerra de mi corazón.

Guerra que dentro se aferra,
que aunque no admita me aterra,
desde el hígado al pulmón.

No tardarás en matarme,
de una vez, por fin, callarme,
sin que me pueda quejar.

Ya sin nada que cegarme,
pueda y así sin desarme,
que me impida bien pensar.

Que no hay nada que me importe,
que colgué del picaporte,
cartel de no molestar.

Pero que nada conforte,
sólo me queda mi porte,
de caballero sin andar.

Soy Don Quijote y locura,
y con las luces a oscuras,
es como ves la verdad.

La cinta de tu cintura,
parece la única cura,
presente a mi soledad.

Y con el viento de cara,
yo seguiré mi cruzada,
con mi lírica curtida.

Si no paso de frenada,
lavaré con agua clara,
sin nada que la besara,
la suciedad de mi herida.

sábado, 10 de enero de 2015

Poemas a su adiós.

El aroma de fresa de tus rincones.
Y la viuda negra de mis pasiones.
Todo eso encarnaste en el breve sueño.
Antes yo acostumbraba a vivir sin dueño.

Pero llegó el aroma y con él la vida.
Mis miedos y su blandida.
Que ahora maldigo por ti.

La triste historia de mi herida.
La batalla dividida.
Todo lo que yo creí.

La fuente que escupe arena.
Esa melodía que suena.
Cada vez que vuelvo a ver

Madrid y todos sus charcos.
Los edificios, sus arcos.
Y lo que intentamos ser.

Melodía que no cautiva.
De la que mata; cultiva,
todo el mal que vive en mí.

De las sombras nació muerte.
Que la vida es sólo suerte.
Y yo soy mal perdedor.

Que por risas de mis bromas,
yo perdí nuestros aromas.
Y por fin murió la flor.

jueves, 1 de enero de 2015

Resurrección.

No sé si han vuelto, no sé si se fueron. Pero joder, las veo de vez en cuando.
No son musas de las que tenía Neruda, son completamente negras, oscuras, pegajosas y tristes. Por eso sé que son las mías.

Tampoco me quería enrollar mucho, en resumen... Papi ha vuelto.

A la que será mi ruina, o ya lo es.

Me cargué todas tus ranas,
de porcelana.

Me jodí la vida entera,
a tu salud.

Y es que de la alegría nunca me suenan las campanas.

Y dejaste mi alma negra, como el betún.