martes, 26 de enero de 2016

lunes, 25 de enero de 2016

Más de cien motivos

¿Que de dónde saco la inspiración?
De los pájaros, las putas, las flores;
de más o menos, todos los colores,
y sobre todo del verde a pulmón.

¿Que por qué a veces llora el corazón?
Por banqueros ricos, malos señores,
dejan mudos mis pájaros cantores
y mis flores desahucian del jarrón.

Yo siempre escupo sangre en cada escrito;
ya escriba sobre sonrisas o penas.
Lo hago para tragarme algún grito.

Por endulzarme las amargas cenas,
para de contento no estar maldito.
Por hacer mis ansiedades amenas.

domingo, 24 de enero de 2016

Domingo.

Hoy es domingo.
El séptimo día, el último día.
Hoy es el día de la pena y la tristeza, porque el orden natural dicta reír en vida y llorar en muerte.
Y aquí estoy, pensando en ella, que se ha ido, y aunque sé que es lo mejor, no puedo evitar lamentarme.

También me da por pensar en alguna otra persona, y como siempre, es en la que más daño me hizo.
Hoy también me pregunto si algún día todo cambiará, todo adquirirá un sentido; de golpe, de una vez; pero que pase.

Loa domingos no estoy en mis cabales y no debería dejarme escribir, pienso demasiado y no me explico con claridad... Pero en fin.

Resumiendo lo inrresumible.
Todo es una mierda, a veces mejor y peor, pero una mierda al fin y al cabo... Y hasta que no deje de serlo, ya sea por mejorar o acabarse, los domingos seguirán siendo domingos.
Y yo seguiré pensando.

Espero que acabe pronto.

martes, 19 de enero de 2016

Trance.

Y después de tantos años,
de silencio, decepciones
y amaneceres sin ti.
Ya no sirven más apaños;
no queda fe en mis cajones
y veo cómo viene el fin.

No sé de qué fin se trata,
si el de mi vida o la pena;
o si una puta barata
podrá sacudir la arena,
que en mis roídos zapatos,
pesa cien mil toneladas.

Y, así solo ando a ratos,
y los otros, sin coartada,
me quedo encerrado y quieto,
callado, borde y discreto,
esperando mí final.
Sin mostrar mi cara oculta.
Que no me vengan las multas,
luego por verme real.

Hace un tiempo que ni yo me entiendo, ni lo intentéis.

lunes, 18 de enero de 2016

Experimentos II. (Poesía)

El sol se impuso ante las nubes, y ella despertó; pero ya no tenía ojos.
Sus grandes ojos, pintados de verde marihuana ya no eran ojos, eran dos faros.
El sol también se despertó e iluminó el mundo. Entre sus labios, dientes y lengua, donde antes solo existía saliva; ahora escondía un sol si es que tienes frío. Y si te asfixias y quieres viento, con un beso escarchará tus ansiedades.
Subió la persiana y el sol descubrió asombrado que su pelo brillaba un poco mas que él.
Ella nunca se lo esperó, nunca destacó, y ahora su nombre ya no era su nombre, ahora se llamaba Musa.
Se sentó en la cama, desperezándose. Pensaba que todo sería un juego de Morfeo; pero no, no estaba en un sueño.
Su pecho no era su pecho, ya no.
Ahora era la única cuna donde conciliar el sueño, donde todos querrían morir, una barca salvavidas.
Despertó y era diferente, ella despertó y ahora sus piernas eran el único camino a Roma.
Despertó y ya no era ella.
Ella despertó; y, al amanecer, ahora, era poesía.

lunes, 11 de enero de 2016

Por cada musa.

Por cada duda,
recita algo de Neruda.
Y como siempre, desnuda,
baila tu alma huesuda.
Para espantar al dudar.

Por cada mueca
que esboza tu tez, muñeca;
una lágrima se seca.
Si te echa el ojo dios, peca.
Tú no pares de bailar.

Por cada celo,
sueña en mi pecho y a pelo,
derrite mi alma de hielo.
Sé mi vela y que el velo
de tus ojos sea mi mar.

Por cada musa,
la que se quedó o se fue,
la que siempre fue una intrusa,
la que todavía me lee,
la que me odia con excusa.

Por todas ellas,
por las que solo hay rencor,
las ahogadas en botellas,
las jarroncito sin flor.
Las estrellas con espinas,
las amantes, las divinas.
Las descuidadas, las quietas,
las deprimidas, coquetas,
las despeinadas, las finas,
las que me creen Sabina
y las de hola y bragueta.

Las que juegan con anfetas,
las que me vieron buen tío.
Las que duelen, mis Julietas,
en las que nunca confío.

Las que nunca fueron nada;
los poemas que quemé.
Las que portaron espada
y sentenciaron mi fe.

Las que entraron de repente,
y parecían infinitas.
Y a las que un beso en la frente
les dio la mejor tirita.

Sin ser posible abreviar
y olvidando hablar de alguna,
aquí están las que al besar,
sus labios sabían a luna.

“Sabios que no saben nada"

Hoy no es un día normal; hoy ando bajo la lluvia, como muchas veces antes, pero todo es diferente.
Los besos al portador y las sonrisas pasajeras ya no me calman.
Desde hace un tiempo la rutina es muy rutina, y ahoga, asfixia sin dificultad cada respiro.
Lamento, respiro, despierto, respiro, huelo el humo que me trae el respiro y vuelvo a respirar. Y así respirar dejó de tener ningún sentido.

Y se despereza el sol; y bosteza el cielo, otro trueno. Y yo me desperezo y me cuelgo mi mochila de ansiedad; y bostezan mis heridas, se vuelven a abrir, necesitan respirar. Pero hoy nadie las cura, nadie las cierra.

Hoy es un día diferente, me dan igual las sirenas, y las banderas, como siempre pero un poco más.
Hoy es un día diferente, hoy lo poco que me queda se vuelve polvo en mis manos.
La luna ya no me baila y nadie le toca las palmas.
Ya no le canto al sol, él tampoco me canta a mí, ni sus pájaros, ni su luz.

Hoy es un día diferente, la esperanza se la llevó el vaivén del tiempo, que ya va pero nunca viene.

Hoy es un día diferente, y solo espero que un día así nunca sea un día normal.

domingo, 10 de enero de 2016

Una musa de domingo.

Esa mirada de tigre
de la que nadie se fía.
Esa mirada de tigre,
¿Es tuya? Pues madre mía.
Así no hay quien se equilibre,
ni quien se sienta hombre libre.
¿Acaso no lo sabías?

Esas uñitas de gata
que arañan hasta sangrar.
Esa horrible garrapata,
que porta tu paladar;
con la que tu canto mata,
pero después me rescata
para volverme a matar.

Ese cuerpito apretado
con problemas de riñón;
paladar anestesiado
con vodka y Don Perignon.
Para quedarme a tu lado
exigen algún recado
más caro que una canción.

Esas pecas de tu cara
me gritan “oye, tú, ven".
Ese culo de alta tara
lleva de nombre Rubén.
Esa boquita tan rara,
no sé como, pero para
este terrible vaivén.

La fuerza de tu pensar
lucha con mi buen humor;
y a mí me encanta luchar,
pero pierde, por favor.
Que para algún pelear,
que no es borracho en un bar
siempre salgo perdedor.

Otra mañana despierto.
Mi boca huele a carmín,
y sin embargo no es tuyo.
Y no recuerdo, por cierto,
qué fue lo que nos dio fin
y sigo como hasta ahora,
sin esperas, ni demoras,
mi esperanza autodestruyo.

miércoles, 6 de enero de 2016

También tu cuerpo.

Y tan cerca como lejos,
y rompiendo los espejos
me cercenaste la espalda.

Yo aguantando tu letargo,
sin ya ningún Sin embargo.
Ni Dieguitos, ni Mafaldas.

Entre palomas mojadas,
con dos lenguas afiladas
que bailan el mismo son.

Con falsete sostenido.
Sosteniblemente herido,
sangrando mi inspiración.

Sembrando el caos en mis venas,
mina eres antipersona;
y la pena, me ilusiona
la fe que puse en ti, nena.

Vi algún halo de esperanza,
en el fin de tu cadera.
Y después de tanta espera,
después de tanta tardanza,
de tanta labial mudanza;
se me acabó la escalera.

Y no puedo subir más.

lunes, 4 de enero de 2016

Al límite.

Bastante reservado.
De buen ojo y manaza.
Adicto al buen pecado.
Sin fe, ni dios, ni raza.

¿Poeta? No, cansado,
del mundo y su trajín.
Cansado del atado
ritmo de este sinfín.

De amor, que solo escrito,
pudre lo ya podrido.
Alzo entre grito y grito
la voz del escocido.

¿Poeta? No, escocido.
Por tanta herida abierta,
por tanta amada incierta,
por tanto y tanto ruido.

¿Poeta? Ya no; enfermo.
Harto de tanto sangrar;
mete cianuro en un termo.
Que me voy sin molestar.