miércoles, 24 de junio de 2015

112.

Hace un tiempo quiero contar cosas.

Así, crudo, a pulmón, sin filtros.
No sé.

Cuando me pongo nunca sé como empezar hasta que me enrollo y luego me queda todo demasiado largo.

Creo que no soy lo que nadie imagina.
Si lo fuese no estaría vivo, ni aquí.
Y me refiero a las cosas buenas.

Creo que nadie busca la luna, y cuando lo hacen tardan poco en encontrarla.
Yo soy difícil de encontrar, y nadie me hace canciónes.
El ejemplo de la luna no es bueno.

Esto me va a quedar jodidamente larguísimo para decir solo que estoy en la jodida mierda.

Ya no me importa nada más que no seguir así.

Hoy he ido al médico para un tema de vida o muerte y nadie me ha preguntado nada.
Nada.

Hace mucho del último "¿Qué tal?" de verdad.
Demasiado

No sé ni qué decir.
Ni siquiera quiero contar nada; en realidad.
Creo que esto es más una llamada al 112 a cobro revertido.

Solo espero que a mi vuelta al hospital, si resulta que tengo dos coleguitas en el cerebro, no sean benignos;
pero claro. Nunca nada sale como quieres.

Así que aquí seguiré hasta que tenga algo por lo que vivir.
Entonces es cuando me atropellará un velero.

Soy gilipollas.
Fin.

martes, 23 de junio de 2015

Sábado en el "Then die"

Se han abierto ya las puertas,
en mis venas solo hay fuego.
Preparadas pa horas  muertas,
horas de mucho humo y juego.

Hoy les saco hasta los dientes
en el juego de vivir.
Seis barbas, ocho pendientes
en sus sillas de faquir.

Yo como siempre en mi silla,
la única perilla en sala;
mi único agente, mi bróker.

La gente que siempre chilla,
cuando apuesto en mi jugada;
para acabar en repoker.

Otro fortuna,
en cueva de 20 soldados.

Otra vez la una,
todos huyen desplumados.

lunes, 15 de junio de 2015

Revolution 9.

Qué canción.

Todo es subjetivo.  Todo.

Una estatuilla de Óscar seguramente no sería nada para un niño africano, con sed, con calor, con malaria.

Y otros matarían por ella.

Revolution 9 no es una canción,
es un mensaje.
No necesito nada y nada me necesita al mismo tiempo que necesito ayuda con absolutamente todo y todo necesita de mi ayuda.
Es el perfecto equilibrio entre una mente enferma y el caos en el que reside la paz.

El beso bajo la lluvia.

El amor de dos soldados enemigos.

Mi rechazo a todo lo que se acerca y de manera sangrante; y por otro lado todas mis peticiones de auxilio, mis llamadas de socorro que nunca tienen socorrista.

El karma de Chapman y el del Joker alrededor de mí, orbitando.

¿Soy igual que ellos?

Maquillan la soledad con un pincel de locura, y no queda mal.
Excéntrico, solitario, malhumorado, deprimido.
Soy un asesino nato.

Pero no soy un asesino.

Pienso que dentro del caos hay que construir.
El caos siempre ha sido mi mente.

Nada de esto tiene ningún sentido si no eres yo.

Estás leyendo lo que siente alguien al hacer algo.

Acaba de sonar el Right.

Paul is dead.
Como Lennon.
Como yo.
Como todos.

No sé si darle un sentido a esto, creo que no lo tiene. No creo que nadie lo lea. Y si sí, no lo entenderá.

No entenderá que siempre sea otoño, que se me sigan cayendo hojas.
Cuando hace mucho que no quedan hojas.

No entenderá, como yo tampoco entiendo por qué un alcohólico que no tiene nada quiere curarse.

No entiendo la fe.
Pero la sigo cumpliendo.

No puedo decir lo mismo de la ley.
Pero a quién le importa.
A mí me importa.

A mí no me importo, pero me importa no importarle a nadie.
Pero a quién le importa.

A nadie.
Por eso algún día dejaré de cumplir la fe.
Por eso algún día seré Chapman.

Pero yo no odio a Lennon, me odio a mí.

Se acabó la canción.
Se acabó la paranoia.

Lo aquí escrito queda aquí, para que nadie lo lea.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

15615M.

sábado, 13 de junio de 2015

Al vacío.

Me vuelvo a sentar entre las rocas de un blanco intenso.
Y espero y espero, siempre que venga otro descenso.

Pero en ésta playa ya no hay bajadas,
ya no hay caídas,
hace tiempo se acabaron las paradas,
no hay salidas.

Hace tiempo mi cabeza
destrozada, ya no reza.
Hace tiempo que mi mente
ya no es cuerda ni consciente.

Pisando la negra arena
por no sentir, ya ni pena
de la ajena, que sentía,
por volver a ésta bahía
cada vez que sin estarlo
me siento otra vez sólo;
cada vez que al intentarlo,
sin conseguir darlo todo.

E intentar abrir ventanas,
a quien pueda o quiera entrar
y al ver que es que nadie quiere,
poco a poco mi fe muere.
Y exigentes aduanas
construyo para en mí entrar.

Pero soy como un garito,
cutre, frío y desolado
sin nadie que haya pagado,
nada nunca por entrar;
y ni por curiosidad
se ha asomado ni un poquito,
nadie nunca por mirar.

Y aquí sigo, el mundo es mi playa de arena negra; las personas que me rodean son esas estrellas que miro, solo miro y no me acerco, que si las estrellas no bajan a hablar conmigo será por algo.

La  arena negra  es mi asiento,
mi escudero siempre el viento
ya que nadie aguantaría.

El vivir con mi pellejo,
el aguantarme hasta viejo,
en compartir mi agonía.

jueves, 11 de junio de 2015

Forastero II.

Definirme es una mierda
cuando busco definirme,
porque nunca sé si es cierta
la realidad de mi espejo;
o si ésta cambiará
cuando me mires de lejos.

Y también es la putada,
de nunca tener coartada
para todas mis maldades,
mis defectos, mis mentiras;
todas mis atrocidades.

Pero bueno, el ser humano,
nacido para vivir la vida como una noria,
hasta que llega un verano
que piensas que eres escoria.

No lejos de la verdad,
nacemos para matar,
para creernos más que nada.
Y la helada realidad,
la realidad congelada
es que existe un paraíso,
sin coches, calles ni pisos.

Sin el hombre en el planeta
la muerte no les aprieta,
a los demás seres vivos.
Que siempre muertos o heridos
antes o después por mí.

Por mí y por mi especie humana,
que de vida inteligente
tiene el vida, si no, nada.

Y eso somos y seremos.
Es nuestra naturaleza.
Sólo suaves y serenos
con la droga o la cerveza.

A la mierda.

martes, 9 de junio de 2015

El país de las maravillas.

Reina de su reino era la bella de Alicia.
Con sus bello cabello de una suavidad ficticia.

Entre ramas,
crecía,
mientras florecía;
y es por todos de saber,
que la edad de florecer es la edad de merecer.

Por eso a los diez veranos,
entre sus tíos y su hermano
la hicieron por fin mujer.

A golpes y sin caricias,
casi mataban a Alicia,
cae al suelo mientras sangra.
Y como en una matanza,
el que no clavaba lanza
no era persona en aquella
acción de la que la bella
Alicia salió al fin muerta.

Después de sentir la dura,
cacería de su dulzura.
Que como una isla desierta
de la que no conocemos
de la misa la mitad.

A nadie le importará
lo que vivió en el infierno
de su propia habitación.

Y ésta abominación
se fugó de los recuerdos
de los que oyeron noticias,
de una tal niñita, Alicia.

Fue muerta hace tres inviernos.

domingo, 7 de junio de 2015

Forastero.

Cúpula de hierro es la que me cubre hoy.
Sé que pronto cierro, lo que no sé es quien soy.

Y diazepam a diazepam yo me convierto en un despojo,
un alma con cerrojo,
un mono con platillos con dos inservibles ojos.

Ni ven ni lloran,
ya no tienen fe, ni se creen tu eslogan.

Y entre bostezo y bostezo,
copazo y copazo,
voy y pienso, si rezo
¿Volverá su regazo?

Pero no.
Ya es tarde.
Todo muere.
Pero hace mucho que lo hice yo.

Puede que no sea nada.
Puede que nada importe.
Puede que después de cada cagada
me queje por deporte.

Puede que no vuelvas.
Espero que no vuelvas.

Prefiero ser silencio a la masa que solía ser.
Tú no me pongas precio.
El humo no se vende.

martes, 2 de junio de 2015

Alguien.

No me sonrías,
no con esos dientes,
que brillan cuando mientes.
Así siempre me entero.

Tú alevosía,
al atravesar mi pecho,
cada vez que en pleno lecho
rajabas cual carnicero;
mis entrañas.

Tus legañas,
amanecer resacoso.
Las pestañas,
en su estado más hermoso.

Tranquilas y descuidadas,
como siempre.
Tus miradas.