jueves, 28 de abril de 2016

28 de abril. Fondo.

Y vuelvo a sentir el frío disparo,
he perdido el norte, no la ansiedad;
no sé a qué agarrarme o si de verdad
todo es normal y yo soy el raro.

Hace ya unos meses que no sonrío,
veo todo negro y un toque gris,
ya ningún portal, ningún vis a vis
me quita del pecho el tono sombrío.

domingo, 24 de abril de 2016

Camino al cielo. Capítulo VI: Domingo.

Como siempre, todo, puede significar muchas cosas, como la palabra domingo. Por lo general es el séptimo día de la semana, en el que Dios descansó y toda esa brujería, para otros es un apellido, o un nombre, para mí... Bueno, también significa un día, pero no se llama domingo solo por ser el séptimo.

Domingos son esos días en los que nada va mal, pero que sabes que nada va a salir bien. Son en los que si juego, pierdo; si canto, desafino; y si se me ocurre querer...

Domingos son los días en los que me pongo a recordar, en los que vuelvo al cálido rincón donde me sentía más grande que el universo, pero donde ahora no soy bienvenido, y los besos que llevaban mi nombre escritos a sangre ahora son vendidos a otro por comodidad.

Domingo son mis celos hacia cualquiera con metas, con una razón. La envidia insana hacia cualquiera que tenga algo por lo que seguir respirando, ya que yo solo respiro por miedo a lo desconocido en las pupilas de la muerte.

Domingo son las telas de araña negras y pegajosas de la depresión, que me atrapan hoy más que nunca; como todos los domingos; los pesos que cuelgan en mis tobillos y espalda, que no me dejan ser feliz. Y lo peor es lo que pienso en esa trampa, no soy nada, no valgo para nada, (no por ser yo, nadie lo hace), y en resumen, estaría mejor si no estuviera.

Pero bueno, todos los domingos todos estaríamos mejor si no estuviéramos.

sábado, 23 de abril de 2016

Ataque de ansiedad. (Sin brújula)

Y como una espina indestructible, pegajosa y llameante vuelve a clavarse el dolor en mi nuca, mi cuello se paraliza y mi cerebro tiene problemas para sublevar a los pulmones, y que me den el oxígeno necesario.
Los ojos empiezan a gotearme, pero no son lágrimas, las lágrimas se sienten, y yo ya no siento nada.
Ni dolor, ni placer, ni tristeza, ni lo otro...

Y puede que sea normal que no quiera comer, y que me den igual los efectos de la anestesia, puede que también lo sea que ya no busque entrar en ninguna cama, ni fiesta ni corazón.
Porque después de romperse mi brújula el destino no está claro; y al no haber un destino se vive por inercia, como tantas otras veces he hecho, y como no debí hacer ninguna, (ni esta).

Ahora solo queda no caer en la tentación de la huída fácil, ni suicidios ni sobredosis, queda intentar escupir un poco de todo lo que me corta, y queda la esperanza de que alguien o algo, en algún momento, me traiga una brújula nueva; para tener una flecha que seguir.

jueves, 21 de abril de 2016

Quiebra.

La luna no está tan sola, me tiene a mí; que ahora que ya no te escribo dudo mucho si estoy vivo, y me agarro a las farolas, todo porque te perdí.

Ya no hay mañanas de luz, me despierto y es de noche; y como Tony Montana, me doy cuenta una mañana de que todo es porquería.

Que comparando latidos, tuve oro plata y diamante; y ahora que no estás delante tiro de bisutería.

Yo creo que debo una explicación, y es que ya no sé escribir; en estos días he perdido el toque y ganado otras cosas, que hasta que no descubra, no sé si vienen mejor.

Pero aviso, hasta que no tenga ganas no volveré a escribir nada.
Porque antes que forzar mierda desaparezco pa' siempre; como siempre he hecho.

lunes, 4 de abril de 2016

1:00

Yo sigo a mis ansiedades,
a mi escarcha y mi despecho;
esperando irme con hades
y no me revienta el pecho.

Y no encuentro acantilado
donde poner fin al fuego
de la ansiedad, del pecado,
que tanto duele y que luego
me besa y dice “A tu lado,
estaré, pero en mi juego."

Y ya no valen más cheques,
quiero ser feliz ahora.
No más dolores ni trueques,
ni más trampa ni demora.

Ya no entiendo qué me pasa,
pero sé que si no para
voy a cortar por lo enfermo.

Me la sudan los perdones,
ya es tarde para sermones...
se acabó lo que se daba.

sábado, 2 de abril de 2016

Veneno.

No vuelvas a tocarme la piel
que nunca fuiste más que veneno;
tu tanga libre, fe y desenfreno;
busca otro loco y vete con él.

Porque aunque parezca fuerte
ya me cansé de cansarme,
de sufrirte, de asfixiarme.
No quiero volver a verte.

Y me escapé reventado,
y aunque lo siento, ratona;
cuento en primera persona;
cuento que yo fui cazado.