martes, 31 de marzo de 2015

Brisa nocturna.

Estoy dentro, en lo más hondo.
Y no me queda nada que haga rápida la subida; peldaño a peldaño y día a día voy escalando aunque el túnel se alarga.

Nunca veo el final, el principio tampoco.

Sólo sé que es subida, quizá por mi obsesión de las alturas. Que mi mente se suba al árbol más alto, para que cuando caiga (y siempre caigo), muera y no recuerde nada al subirme a otro árbol.

Ahora mismo no entiendo nada. En mi campo no hay árboles.
Sólo hay nubes y estrellas.
Pero no estrellas de cielo. Un montón de estrellas naranjas que significan la vida, las vidas. Y puedo verlas todas desde donde siempre estoy.

Creo que éste es el final del pozo, ya que no hay menos malo.

Me da miedo que nadie lo pise; no quiero que roben mi reino.
No quiero que mi soledad haga amigos.
No quiero que cuando acabe todo mis penas tengan otra gente a la que molestar.

Pero tampoco quiero que lo que me mata afecte a los demás.
Soy cura y enfermo.
Soy portador del virus.
Creo que a veces soy hasta cepa.
Soy muerte.
Soy adolescencia.
Huelo a animal podrido,
y mi color es el negro.
El vaso vacío del todo.
Las espinas de la rosa.
La bestia que parte corazones frágiles.
Soy el ladrón de sonrisas.
Soy el tiburón hambriento.
Pecados en santuarios.
Soy Satán dándole la mano a Gandhi.
La teoría del caos en su máxima expresión.
El llanto del niño huérfano.
Y de la madre huérfana de niño.
Soy depresión que pesa en tus hombros.

Soy soledad.

lunes, 30 de marzo de 2015

Delirios de ansiedad. Muerte.

Entrando en una espiral,
sangre; hematoma viral.

Tundra teñida de azul:
desde que te fuiste tú.

También teñida de blanco
porque siempre me adelanto.

Queriendo ser siempre un santo.
El umbral siempre me salto.
Pérfido aroma de muerte.
Que se mezcla con la suerte.
En el páramo de arcilla.
De tú y yo y suave gravilla.

También cristal muy cortante.
Olvidando lo importante.
Dando esperanzas al reo.
Ansioso por cada feo.
Vil ultraje a su apellido.
Ígneo será el estallido.
Avivando la muerte del hombre inocente pero enamorado.

Delirios de ansiedad IV.

Y subiendo por la calle,
de Doña Petra García.
Que nunca observa alegrías
desde que dejaste el valle.

Y con él nuestra canción,
con él dejo los tercetos,
los que cubrían todo el seto
que tapaba el desazón.

Adiós.

Delirios de ansiedad III.

La garganta escupe ascuas,
de la botella la fragua
que me va matando lento.

Y ojalá fuese deprisa,
y se olvidaran las risas,
que ya nunca nunca siento.

Y la espuma va a mi boca,
que se va volviendo loca,
sorbo a sorbo y trago a trago.

Qué más da, ya nada teme,
sabe que aunque mucho reme
nunca saldrá de este lago.

Y nada es más importante,
para el poeta.
Que la luna y sus colores.
Pero se lo pasa bien,
ella en todas las camas,
de estrellitas solitarias.

Delirios de ansiedad II.

Y de noche el descampado,
se hace más sólo y pesado.
Vaya viaje.

De expulsar todo lo malo,
otra vez en cada calo.
Sin peaje.

Y con la estrella que guía,
cada paso del espía
que está cerca de la luna.

Que se muere por momentos,
la estrellita del lamento;
la polar, que es nuestra cuna.

Y con la vida que ahoga,
trenzada como una soga.
La cárcel de nuestro beso.

El que mató nuestras noches.
Las que rompimos a coces.
Con la fe de nuestro exceso.

jueves, 26 de marzo de 2015

Diciembre.

Y el diciembre, que podrido,
me hizo un apaño jodido;
pero no se dio a entender.

Que este no quería problemas,
ni coronas ni diademas.
Sólo quiso hacerme arder.

Hasta matarme en primavera.
Ya olvidaré en primavera
lo que nunca llegó a ser.

(También murieron los gatos,
que mordieron mis zapatos
pero no llegué a querer.)

(Y que cuando se había ido,
ni siquiera había venido.
Y yo empecé a enloquecer.)

martes, 24 de marzo de 2015

Hipotermia.

Es el frío
dolor de invierno,
el hastío
del infierno.

En el que me encierro,
cada vez que miro,
tu corazón de hierro,
y cuando tiro
las piedras en tu ventana.

Ninguna cabeza sana,
seguiría por mi camino.
Pero es que del desatino,
soy el rey en éste mundo.

Y me fundo,
con mi memoria en el nodo.

Sé que lo destrozo todo,
ya veré si entre mi lodo,
a ver si cundo.

lunes, 23 de marzo de 2015

El corazón de Eva Zanroi.

No sé de qué libros habla
nuestro rey de los pañuelos,
cuando de mano en mano,
sólo se pasan
la gripe y las decepciones.

Tampoco entiendo,
qué amarguras no tienen forma de besos.
Porque no las conozco.

Y si él pagó la vida y media que nos regala.

Imagínalo sin árbol del que estar debajo.
Cómo deben doler las tres puntadas,
en mi columna.
Y como duele,
el frío en punto muerto.

Siempre sin reverencias.

domingo, 22 de marzo de 2015

Coma VI. (Cómo salir de ti mismo.) (Dolerá)

Como en el fuego cruzado,
entre el tío del espejo y yo,
me dé una bala.
Me voy a tener que cagar en Dios.

No me importa en cuál.

Y sólo puede quedar uno,
y el tío del espejo es más fuerte
que yo
que tú.
El diablo.

Y es que da igual quien sea el ejecutor.
El ejecutado seré yo.
El muerto que ríe.

Y sangraré hasta que se calme la sed del reflejo.
Al que no reconozco.

Coma V. (De vapor)

Que el vapor de la muerte no me mate,
sin antes dejarme verte,
en mí.

Que el vapor de las lágrimas,
tire los muros y haga llorar,
al hielo.

Que el vapor de tus labios,
entrevea mi lengua buscando calor.
En la Antártida.

Que el vapor de la lucha,
me permita luchar
con las voces combatientes, de mi cabeza.

Y que el vapor no sea asesinado.
Que me quedo sin aliento.
Y sólo tengo uno.

Coma III. Infierno.

Y aquí estoy.
Mirándole a la garganta;
pero no creo que sea hoy,
cuando vaya a salir bien.

Así que voy,
desafiando al Dios del silencio
de callejuelas.

Fumando un cigarro
me agarro,
a mi fuerza y a mis ganas
de dejar de tener ganas,
de besar aquellas piernas.

Que pudieron disparar
al alma de este jodido,
poeta sin rumbo y podrido.

Como sus ojos.
Que ya no ven más.
Que silencio.

Coma II. (Fuego)

Sálvese quien pueda.
Gritan en medio del incendio,
pero no hay fuego;
aunque ardan;
mis mejillas si me miras a los ojos.

Y no puedo salvarme.
El fuego me corrompe.
Y veo las manos de la luna
en cada espejo donde me veo a mí.
A su lado.

Pero no.
Sólo comparte cama
con los dientes y la mugre de otro sol
Que no ilumina,
aunque ellas crean que sí.

Coma I. No.

Y mi alma en arapos,
cosiendo los trapos
en los que dormimos.

Y cosiendo noche a noche
sólo estrellas puedo ver.

Ya cansado
de la luna,
que sólo me quiere ver
ardiendo en su hoguera.

Nunca riendo.
Porque no quiere mis huesos.
Ya no soy el sol.
Y ya no ilumino
sus ojos.

sábado, 21 de marzo de 2015

No sé.

Mirando si se ven
a oscuras tus ojos,
tus ojitos negros.

Y ver si lo oigo otra vez.
Gritando tu voz.
Gritando en silencio.

viernes, 20 de marzo de 2015

"Dime con cuántas"

Tu boca, otra falda.
Que llevo a la espalda
llena,
de corazones rotos.

Y otra luz perdida.
Que ensancha mi herida,
de la,
que ya soy devoto.

Cansao de recuerdos,
de araños y muerdos
rompí nuestras fotos.

Y yo con mis dudas,
y tú te aseguras,
de que,
dudando yo exploto.

jueves, 19 de marzo de 2015

No sé.

A ver si podamos ya el rosal,
y se acaba el carnaval
de recuerdos que me abrasan.

La piel con fuego que mata,
de este perro fiel las patas.
Ya no puedo caminar.

Y no hay otra, no me muevo,
por lo tanto nada nuevo
me tienta a continuar.

Con mi vida que es muy perra,
y cercena, con su sierra,
cada vez más mi esperanza.

Escribir esto ya cansa,
la verdad a ver si puedo,
conseguir unos pies nuevos
y echar a andar,
para encontrar
algo a lo que agarrar.

lunes, 16 de marzo de 2015

.

Hablo de amor, no existe.
Y el mar, sus ojos.
¿Un color? El rojo.
El de sus mejillas tristes.

Que no saben dónde ir.
Pero eso no quiero decir.

Coño, que es que antes de irme
querría un poco definirme.

Si hay un hueco aquí, pues vente.
Pero no creo que haya sitio,
en mi corazón de litio
invisible hasta con lente.

Si tengo que decidir,
en dónde he de subsistir.
Sólo me alojo en mi mente,
porque aquí soy el teniente,
y yo nunca mando más.

Pero siempre voy a ras,
de ser un estúpido humano
como si fuese yo hermano,
de sangre de un mandamás.

Y ahora que me voy leyendo,
y leo que sólo hay mierda;
sólo la fe en mí no pierdas.
Que, coño, ya voy durmiendo.

domingo, 15 de marzo de 2015

Pulso 0.

Todo rota y todo gira
alrededor de mi mente;
y es que en mi cuerpo presente
no dejo entrever la ira.

Lo mismo con la alegría,
tampoco muestro tristeza.
Ni aunque me harte de cerveza,
enseño melancolía.

Estoy frío, congelado;
cansado de no sentir.
Cansado de no vivir,
sin vivir aquí sentado
sin recordar el pasado,
ni haber pasado el recuerdo.

Porque si siempre estoy quieto,
cómo voy a sentir algo.
Si ni siquiera unos labios,
me hacen sentir sentimiento.

Sin importar.

"Sólo con media hoja en blanco
poco se puede escribir;
pero más es menos, dicen,
los que más bien poco exigen
pero saben existir.
No los ricos con sus bancos,
que en ellos está el origen
de almas que van a morir."

Se oye por ahí que lo he escrito yo.

Cenizas.

Sufro y rasgo la hiel y el musgo de mi cuello,
con las uñas.
Con mis garras cansadas que sin ser largas ya están agotadas de tanto llanto.

Agotadas de estar sucias de sangre reseca gracias a mi palabrería absurda del borracho que va de poeta.
Y agotadas también de que nadie las limpie porque nadie deje de creerse la palabrería y se atreva a dar un beso que exista hasta para Platón.

Algo mucho más caliente que el sol,
que pueda descongelarme los nudillos y la espalda hartos del peso de no saber en qué cama estás.

Y el dolor de no poder fiarse de tu juicio.
Y ésta cerveza que me recuerda a ti.
Y el desear por fin amor sin vicio.
Y el desear amor sin vicio al fin.

O que si sé que después no volverá a pasar otro beso así, como ya pasó;
que me siga besando y ardiendo, pero que arda mi ropa, que arda mi piel, que ardan mis huesos.

Y se deje ver lo que tengo dentro, cenizas.

sábado, 14 de marzo de 2015

Personalidad.

Y es que bar que piso, bar que cierro.
Y nunca verás en mis manos una flor.
Tampoco creo que asistas a mi entierro;
ni mi voluntad de hierro.
Te deje entrever amor.

Ya no sé si lo que llevo es careta.
O si se ha pegado a mí y no sé sentir;
tampoco pienses que visto de etiqueta,
lo importante es la libreta,
y tener lo que escribir.

Por suerte mi cabeza está bien llena.
Lástima no tome ejemplo mi corazón.
Ya sólo siento que no puedo sentir más pena.
Y remato la faena.
Siempre con otra función.

No esperes de mi boca nada bonito.
Que todo lo que dije se lo dije al mar,
no te asustes si me enfado o si grito,
seguro que estoy muy frito,
porque me han echao del bar.

Ésta mierda se está desvariando.
A dónde vamos a parar.
Bueno, que pipas de bacon, libreta y boli, cara de odio, gafas de sol y pestazo a tabaco.

jueves, 12 de marzo de 2015

Como la cerveza.

Tú sigue a lo tuyo,
mira al suelo o a otros ojos,
negros
que no dicen nada más que palabras de aire.

Sigue en tu mundo oscuro en el que crees que vives bien,
pero no.

Sigue con tus tonterías, con tus espinas por fuera
que sólo son para mí.

Y sigue sin hacer caso a mis gritos de auxilio.

Sigue sin hacer caso al músculo más fuerte, que no es la lengua, ignora al corazón mientras puedas hasta matarme.

Porque no aguantaré mucho, sin nada que tener no pierdo nada.

Que si no me agarro a nada caigo al vacío.
Y muero.

miércoles, 11 de marzo de 2015

La palabra microcuentos ya está muy usada.

"¿Qué escribes ahí? -Le preguntó ella.
-Nada, sólo tus ojos."

"Y Sol buscaba a Luna entre las nubes cada mañana para declararle su amor; y Luna pasaba cada noche follando con una estrella diferente."

"Sin poseerte ni ser poseído ni cadenas que nos aten quiero ser tuyo cada vez que sientas frío, y que seas mía cuando me sienta vacío."
-Lléname

"No sé si será el invierno, pero el colchón ya no me deja dormir si es sólo" -Diario de un sonámbulo eterno

Rubén Aguilar. (Rubeno, supongo)

Tiempo.

Aguja para derecha,
que marca el tiempo;
no cabe duda ni brecha,
en los momentos.

Ni se para ni se atrasa,
pero te arruga y arrasa;
a veces hasta te mata,
la memoria.

Y vienen patas de gallo,
y la voz ronca, no hay fallo.
Ya no son piernas, son patas
y vienen las cataratas.

No hablo de mí, no me jodas,
que ni he tenido noche de bodas
ni creo llegar a tenerla.

Creo no llegaré a las canas,
ya he pensado algunas tramas
pa' mandar todo a la mierda.

martes, 10 de marzo de 2015

Todos los días son domingo. (No siento nada.)

Hoy como ayer
siento la melancolía.
De no saber
hace cuánto fue ese día...

En que partí,
cada uno de tus abrazos.
Con un adiós,
que él sólo me dio balazos,
y me dejó hecho pedazos.

Y por dios,
lo que dudo es si seguir.
Cada traspiés,
no sé si me hace reír
o llorar un mar de versos.

Aunque en realidad si piensas,
literalmente no río,
literalmente no lloro.

Antes era diferente,
sólo sé que algo mejor.
Parece, en la puta frente
llevo escrito perdedor.

Sólo sé que se acabaron los besos.
Porque siempre dicen "tienes que avanzar"
Y ahora los "medicamentos" esos.
No me dejan pensar.
Me limito a limitar.
Toda gana de avanzar.
Y besar.
Y soñar.
Y morir, en la palma de tu mano.
Porque ya, lo veo mucho más cercano.

lunes, 9 de marzo de 2015

Enemigo eterno.

No sé si es destino o suerte,
pero, coño, está fuerte.
Y me va a a joder la vida.

Genocidio natural.

Si el sol muriese mañana,
y nosotros en un mes,
mi mente quedaría sana
y todo acabará bien.

Pues no seré quien me mate,
y no será por las ganas.
No quiero llegar a canas
antes de caer en combate.

Pero bueno. Qué pereza;
ya por dios no doy ni un duro,
tú sigue a lo tuyo, reza.
Que yo no le veo futuro.

Y respirando bien hondo,
acabando la batalla;
voy hundiéndome hasta el fondo
y así mi voz ya se calla.

No sé qué coño es esto. (Mente rota)

Lo intento; en verso, en prosa y guión.
Pero ni con esas capto un poco tu atención.

Y se acaba poco a poco mi paciencia,
pero bueno, poco a poco voy encontrando la coherencia.

Quién iba a querer un alma rota.
Alguien derruido por dolor de la derrota.

Por eso mi mente activa,
se cubre de espinas que matan la iniciativa.

No hay musas en mi morada,
sola, fría y totalmente alcoholizada.

Pero bueno, la luz no existe;
siento decirlo de ésta manera tan triste.

Y no sé que pretendo con esto,
a lo mejor solo ponerme por encima del gran resto.

Pero paro ya, que mucho miento.
Y por ser tan, tan pensado sólo te digo, lo siento.

domingo, 8 de marzo de 2015

Nada.

Si sigo así se acaba el mundo.
Y no hay quien desee más que acabe.
Que yo.

Muñecas de porcelana sedientas de besos y rosas.

Las musas en forma de besos,
difusas, pioneras de excesos.
Las reinas, vestidas de Prada,
pero sin perdón.

Y con esas boquitas rojas
carmín y alcohol solo alojas,
muñeca rota de porcelana y
alma de cartón.

Viviendo la vida aprisas,
nena, sórdida sonrisa,
vas buscando caballero
para una salvación.

Pero buscan peor que mal,
y dan con un animal,
que sólo sabe echar sal
a su ambición.

Y acaban rotas y heridas,
no son pocas estas vidas,
de princesas corroidas;
que al final se quedan frías
y sin su corazón.

sábado, 7 de marzo de 2015

Poesía, tus ojos, el mar.

Se me va cayendo el mundo,
porque muere la poesía;
va a acabar con la alegría,
y conmigo, que me hundo
en el fondo de esta ría,
y es que a ver quien va y se fía
del corazón que me enfundo.

Para salir de batalla,
siempre en busca de una boca,
que rompa por fin la roca,
que llevo por corazón.

Y así ir resucitando
los viejos versos felices.
Y matar los garabatos,
que hacen que ya me deslice...

Por la delgada línea entre la vida y la muerte;
a ver si de dos almas rotas sale una fuerte.

viernes, 6 de marzo de 2015

2,5mg (Comprimidos)

Círculo vicioso,
tropiezo desastroso
del que no puedes salir.

Sentir la vida vacía,
la soledad, la agonía,
desear el no existir.

No me muevo de la cama,
pero sólo, ni una dama;
no hay nadie para sanar

Todas estas noches frías,
la amargura, la apatía,
no creo que pueda ganar.

Vaya enfermedad de mierda,
sin causas y sin razón,
y sólo, no hay quien la pierda...
Buenas tardes depresión.

jueves, 5 de marzo de 2015

Bye bye.

La flor se pudre, muriendo;
y viviendo
la apatía,
que vivía en mi recuerdo,
y yo más loco que cuerdo
voy rezando para mí.

Porque desde que te fuiste,
sé muy bien qué es estar triste,
ahora en ello sé latín.

Aunque no quiero que vuelvas
hay veces que echo de menos;
queriendo que te disuelvan
mis ganas de ti, y sin peros.

Si nada es lo que he querido
no hay nada que recordar.

Por eso, ya que te has ido...
Te tendré que echar de más.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Mi reflejo.

Y ya se pudre hasta la soledad.
Cansada de esperar otra soledad que la acompañe, ahora, cuando miras al espejo solo ves un pozo de amargura y repugnancia que no llega a acabar nunca. Infinito.

Y mi cáscara de piel, cada día más seca y cansada, con los órganos que llaman de la vida reventados por las verdaderas funciones vitales de humo y dyc.

Y lo de dentro sigue desaparecido con carteles de se busca en cada esquina de mi mundo.
Pero creo que es tarde para encontrar algún sentimiento en mí.

Soy esa hormiga que pisas por la calle.
Soy el muerto de hipotermia durmiendo en un banco.
El motorista puesto de coca partido por la mitad en la cuneta.

Dudo ser nada.

martes, 3 de marzo de 2015

Extracciones de mi alma (que no existe).

Abrí el tarro de pastillas,
para partir a la orilla,
y dejar ya de latir.
A ver si tengo algo suelto,
para pagar al barquero,
que el tabaco está muy caro
en el infierno.

No te intentes apropiar
de la tristeza, que es mía;
sólo inténtame borrar
mi naturaleza fría.

Y te pierdo,
como siempre pierdo todo,
y te quedas en el nodo,
del recuerdo.

Porque así,
por fin,
saldré,
de aquí.

Y seguro que mejor
que un perdido como yo,
dentro de tu corazón
hay un caballero andante.
Pero, coño, míralo,
que está ahí delante.

Viendo que no somos nada.
Y como nada que somos,
no cambiamos.
No queda Ruíz de la Prada,
ni colores ni belleza,
sólo llanto.

Que admiramos,
los poetas libertarios,
los que cerramos los bares,
acabando con el Larios.

Y de noche, sólo viendo a cuatro palmos.
Y muriendo, me voy quedando en el nicho,
pero es que del nicho al hecho,
hay un trecho para mí,
que es fácil lo de pensar,
y difícil lo de hacer.
Muchas veces decidí, lo de desaparecer, sin actuar.

Pero no,
se acabó,
dime adiós.
Que mi voz,
se murió.

lunes, 2 de marzo de 2015

Punto y final.

Sonrío solo por fuera,
porque no he de sentir nada.
Cubierto con las cadenas,
que me engancha tu mirada.

Y esto es el último aviso,
a todas las unidades,
que hay dentro de mí,
y me obligan a sentir.

Que añoro tu pelo liso,
con todas sus vanidades,
todas las que obvié por ti,
para poder seguir.

Ahora llamo a mis defensas,
mis sudorosas y tensas,
manos le dan al gatillo,
un suave empuje y el brillo,
de la chispa que produce,
el chasqueo del percutor,
balas de plata y calor,
te borran de mi interior.