lunes, 20 de marzo de 2017

Noches

Diecinueve veces muerto, veinte veces vivo,
sangrante bola de fuego roza nuestra calma,
la silencia, por eso no te beso, te escribo,
esperando que un sol índigo roce mi alma.

Hay gatos más eficaces que tú en mi tejado.
Dejado de todo, libre de nada, maldito,
vuelvo a verte y mis fantasmas rompen en un grito
que hace temblar hasta al mar más enfadado.

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