Dime, ¿Cuánto?

Dímelo ya, cuánto valen esos labios; demasiado tiempo llevo demorándome y a la espera de saberlo.
Dime cuánto vales, porque te quiero y necesito, daré lo que sea por la causa que gritan en silencio tus ojos.

Pagaré éstos con mi cuerpo, tu boca con mis absurdos escritos, quédatelos todos, pagaré tus piernas con mi calor, y claro, pagaré tu corazón con mi alma, que no sé ni si poseo; además, quién iba a quererla.
Herida y destrozada por lo de dentro y lo de fuera.

Y si es que queda algo dentro ya arderá, así que déjame comprarte, conseguirte antes de que se consuma.
Déjame conseguirte antes de convertirme en polvo, en cenizas humeantes.
Antes de desaparecer por completo.