jueves, 26 de mayo de 2016

Yin y Yang.

Cuando el río ya no suena
no lleva de agua ni gota,
y otra vez flota la pena,
otra lucha, otra derrota.

Cuando confinan los miedos
tu infinita valentía,
y ya no les plantas cara;
se te escapa entre los dedos
la fuerza de tu sonrisa
y tu mente se separa.

La mitad del sol porrero
pide juerga con los ojos,
sueña con tu falda, espero,
no pongas muchos cerrojos
al placer raudo del fuego.
Que si quieres fiesta, vamos,
muévete, baila mi juego,
y si te quedas, mil ramos,
de sonrisas, de colores
y de besos como flores
te daré, siempre mil ramos.

La otra mitad, la que es luna,
la marchita alcoholizada,
siempre vive entre la hambruna
y con la lengua cortada.
Siempre calla, siempre acepta,
nunca lucha, nunca besa,
nunca baila, nunca repta
en busca de amor de fresa.

Entre estas dos, sin bandera
se halla mi mente valiente
buscando donde quedarse.

Espero que el sol prefiera,
y así al calentar mi frente
se despida de la luna,
y no vuelvan a encontrarse.

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