Yo sigo a mis ansiedades,
a mi escarcha y mi despecho;
esperando irme con hades
y no me revienta el pecho.
Y no encuentro acantilado
donde poner fin al fuego
de la ansiedad, del pecado,
que tanto duele y que luego
me besa y dice “A tu lado,
estaré, pero en mi juego."
Y ya no valen más cheques,
quiero ser feliz ahora.
No más dolores ni trueques,
ni más trampa ni demora.
Ya no entiendo qué me pasa,
pero sé que si no para
voy a cortar por lo enfermo.
Me la sudan los perdones,
ya es tarde para sermones...
se acabó lo que se daba.
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