martes, 29 de septiembre de 2015

Pesimismo.

De la mano de Satán,
siempre gano.
Y me río de los que van
de la mano;
a su paraíso de santos
todos puros,
ignorándome los cantos
al futuro.

Que ni reyes ni princesas,
ni ángeles, ni nata y fresas.
Es de lo que está hecho el mundo.

Y si miras más al fondo,
y ves lo que yo no escondo
verás el por qué me hundo.

No me han lavado el cerebro
dioses de la pantomima.
Ni mi poesía es toda el Ebro,
ni felices son mis rimas.

Y yo claro que sonrío
pero luego pienso en frío,
y no me encuentro razón.

Cuando todo es negro oscuro,
y poco queda ya puro,
cuando no encuentro futuro
sin delante seis mil muros
que me impiden ver el sol.

Con eso del optimismo,
muy lejos de mi realismo
se os está yendo la mano.

Porque nada vale nada
y lo demás son chorradas
para venderos gusanos.

Aunque sí que molaría
poder sonreír todavía
sin buscar bien las razones.

Pero ya es tarde, parece.
Nada en mí aflora ni crece.
Solo sigo por cojones.

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