Carmesí y negro, son tus colmillos.
Luego los míos, son amarillos.
Café y tabaco, como morfina
para la muerte, que viene fina.
Precisa y lista, para la acción;
cantando siempre, nuestra canción.
Desafinando, garganta rota.
Siempre a mi son, absenta y cota.
Cota que siempre paga el riñón,
hígado, mente, o corazón.
Y no me quejo, que aunque jodido
por todos lados, aún sigo vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario