miércoles, 18 de enero de 2017

Evolución.

Huelen al polvo rancio de iglesias y mezquitas,
todos los baños sucios de vuestras discotecas.
Y es oportuno, el hambre de las termitas,
que deja al árbol enseñando nuestras hojas secas.

Oigo el desgarro que mi odio dejó caer en tu pecho, otro cigarro, sentado, mirando al techo. Hundido en el lago de mierda que tú me impusiste, sigo mi camino mitad loco, mitad triste.

Mitad solo, mitad muerto, mitad mal acompañado;
mitad necio, mitad terco y casi siempre perdido.
Mis únicos enemigos son la ansiedad y el olvido,
y mientras una me asfixia otro emborrona el pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario