En calle de dos caminos,
la vida y la muerte están;
tenues y grises esperan
que me decida a avanzar.
Me decido y voy andando
y andando empiezo a observar
que tiro por el camino,
camino de la mitad.
Ni la vida ni la muerte,
nada callará el pesar,
así que me quedo en medio
y esperando mi acabar.
Acabar lúgubre y frío
que cito en este cantar
cantar que habla del camino,
de mi absurdo terminar.
Y cuando por fin acabe,
el camino y en el mar,
ya nade yo para siempre
entre las algas y sal.
En el mar de almas oscuras
dejaré de respirar,
cuando de una vez acabe
mi largo y lento pesar.
Para ver si lo que dicen,
esos indios es verdad,
y en otro cuerpo más firme
me vuelvo a resucitar.
Como decía el chico rocker,
"Yo no me quiero matar."
Pero si algo me mata,
no me tendré que quejar.
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