martes, 28 de julio de 2015

Prosa.

Paciencia.

Demasiada paciencia.
Ya no sé si sigo vivo, no estoy, no soy.

Dicen que el único que puede ayudarme soy yo, pero ya es tarde, o eso creo.

Ya no soy lo que era; la chispa ya no luce y el sol ya no me quema.

Cómo voy yo a ayudar a nadie. Nunca he sabido, imagina conmigo.

No sé ni por qué escribo, no sé ni por qué anhelo todavía una luz cuando no hay pilas.
Es un círculo vicioso y cada espasmo a lo que llamáis sonrisa nunca tiene un verdadero sentido.
No es hora de lloriqueos, hablo claro y se me entiende, y si no; te haré entender.

Cómo molaría haber sido un gangster.
No entiendo por qué gente muere cada día en accidentes y nosotros, porque habrá más como yo, a los que nos da igual la vida, los que sabemos el significado de la vida y lo vemos imposible; porque es imposible, nosotros seguimos, siendo lastre y costra, muerte y pena, lágrima y sueño.

Qué tontería; espero que nadie lea esto, si lo has hecho; cállate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario