Tiramisú de limón;
anfetas, tabaco y rosas.
Otro asalto en el rincón,
de las rimas sin preciosas,
niñitas de porcelana,
con las que poder jugar.
Y a las que en algún mañana,
tiradas poder dejar.
Como siempre lo hice y hago,
aburriéndome de ti.
Pestañeo y otro trago
habrá que comprar más DYC.
Y es que ya hay alevosía,
en todos los mis poemas;
para que no entren más nenas
al percal de mi poesía.
Total, con la ilusiones,
de aquel amor veraniego
del cerebro perdí riego.
Perdí también corazones,
y el primero, siempre el mío,
que por no enseñar, ni río
ningún de mis emociones.
Y si dices que no entiendes,
que no entiendes mis canciones,
por qué no vas y te pierdes.
Que no quiero corazones.
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