Encerrado,
pienso si vale la pena
tanta muerte y tanta pena
por un contrato firmado.
Con Satán,
dueño de mis decisiones,
caras tristes y bajones.
Que algún día reventarán.
Y fumando,
miro como el humo danza
y pienso si la tardanza
algún día valdrá de algo.
Porque estoy harto del camino.
Que cada rosa tiene mil espinas; y no sé si seguir teniendo fe en que alguna no me pinche.
El amor se está muriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario