martes, 4 de agosto de 2015

Nada.

Una palabra que puede serlo todo, nadie sabe con certeza lo que es nada; salvo yo.
Después de caer, de dejar, de volar y no volver y de romper todo lo que he tenido y tengo estoy en la nada.

No creo ser nada, ni creo tenerlo, no creo servir para lo mismo, ni creo que nadie espere nada de mí.
No creo que nada me pueda hacer sentir nada.

Llega en el momento en el que es tarde para todo, y en ese momento sólo quedáis tú y la nada.

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