lunes, 18 de enero de 2016

Experimentos II. (Poesía)

El sol se impuso ante las nubes, y ella despertó; pero ya no tenía ojos.
Sus grandes ojos, pintados de verde marihuana ya no eran ojos, eran dos faros.
El sol también se despertó e iluminó el mundo. Entre sus labios, dientes y lengua, donde antes solo existía saliva; ahora escondía un sol si es que tienes frío. Y si te asfixias y quieres viento, con un beso escarchará tus ansiedades.
Subió la persiana y el sol descubrió asombrado que su pelo brillaba un poco mas que él.
Ella nunca se lo esperó, nunca destacó, y ahora su nombre ya no era su nombre, ahora se llamaba Musa.
Se sentó en la cama, desperezándose. Pensaba que todo sería un juego de Morfeo; pero no, no estaba en un sueño.
Su pecho no era su pecho, ya no.
Ahora era la única cuna donde conciliar el sueño, donde todos querrían morir, una barca salvavidas.
Despertó y era diferente, ella despertó y ahora sus piernas eran el único camino a Roma.
Despertó y ya no era ella.
Ella despertó; y, al amanecer, ahora, era poesía.

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