viernes, 3 de junio de 2016

Inamovible mi pena.

Inamovible la duda
vuelve a rajarme el costado;
¿Seré yo el más indicado
para olvidar el pasado?
Así dejaré de lado
a la realidad, que, cruda,
siempre me ha atormentado.

Inamovible mi sueño,
pero no encuentra salida.
Cuando descansa el suicida
y empiezo a besar la vida,
sin dios, ni patria, ni dueño
ya no me siento pequeño;
ya no busco alguna huída.

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