viernes, 10 de junio de 2016

Pájaros de Portugal.

La verdad es que empiezo esto sin una idea clara de qué va a ser, su finalidad, o si al menos voy a terminar de escribirlo.

Ya ha pasado demasiado tiempo como para que te acuerdes de mi boca, ha pasado demasiado tiempo como para que en tu tripa sigan mis huellas, y demasiado para que recuerde como sabían tus besos.

Esto último es lo que me ha hecho escribir esta carta, ayer, hoy, mañana tal vez; no sé por qué, pero extraño tus besos más que ninguna otra cosa en el mundo.

No por ser besos, besos hay muchos. Creo que la clave estaba en ti.

Nunca he sentido un amor como el nuestro, tan clandestino, tan limpio, tan amor.

Nunca sentí lo mismo que al tenerte tumbada encima de mí, intentando empaparme del momento porque sabía que te ibas a ir.

Pero esta carta no es para esto.

Solo quería decirte que lo siento. No, no siento nada de lo que ya hablamos tantas veces, todo pasó como tuvo que pasar.

Siento no haber luchado por ti, eso es lo que siento. No haber hecho algo más, lo que fuese; todo lo necesario para que te quedases a mi lado. No haber muerto antes de dejar que te fueses, porque, ahora sin ti siento que estaría mejor muerto. Siento que fuiste esa persona de la que te enamoras, y punto.

Y punto porque no hay más, no hay coartadas ni razones, no hay palabras, solo amor.

Por eso, no quiero nada más que decirte eso, que lo siento.

Ahora mismo, si pudiese volver atrás, lucharía hasta morir un millón de veces por tenerte a mi lado.

Espero que estés siendo feliz, y que no se acabe nunca, te lo mereces.
También espero que esta carta no traiga malos recuerdos a tu cabeza, si es así, perdóname eso también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario