domingo, 9 de octubre de 2016

Páginas ardiendo en mi cabeza.

Bahú sujetó delicadamente mis párpados, ardiendo entre tanta negatividad, y yo; sabiendo que todo estaba cambiando en segundos, miré.

Pero no miré por mirar, eso ya no vale. Miré para ver, porque hay que ver, es necesario para enterarse de lo que pasa realmente y no dejar que te influencien las sombras que desatan los malditos. Yo vi, y lo vi todo.

Vi la dificultad que acarrean tantos vicios necesarios, y la lucha interna que nunca descansa entre el cemento que une mis pies a la tierra y mis alas, ya un poco rotas pero servibles. Vi lo engañados que estáis todos buscando oro, no os dais cuenta de que las joyas se acaban rompiendo y un poema brilla para siempre.

Vi también muchos errores en la cobardía y sombras que murieron solas por no saber luchar contra la soledad.

En realidad no importa tanto lo que vi como que ya veo sin que ningún humo me ciegue, y al ver venir las estocadas podré pararlas mejor.

Quereos más, y dejad que os quieran bien, que para ser malquerido es mejor pasear solo, os lo aseguro.

Paz.

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