sábado, 9 de mayo de 2015

Carta a un Yo del futuro que ya no se acuerda de su yo del pasado.

"Y sale el Sol. Y todo se despierta.
Salen los animales, cantan, gritan;
por desgracia también lo hacen los niños.

Pero yo no. Me despierto, canto, grito;
pero ya no quiero hacerlo.
Me cansé de serlo todo para no ser nada.
De sonreír con una mueca.
De no acordarme de sonreír.
De éstas mañanas.
De todas.

Me cansé de ser para un paseo.
De ser una parada más, como todas las gasolineras por las que pasas y no te importan, porque tú te vas de vacaciones y quieres llegar ya.

Esa impaciencia, llegas a la gasolinera, vacías el vientre, rellenas la gasolina que te falta, y te vas.
Y ella queda allí esperando a que otro pase a hacer lo mismo.

Y cuando con el tiempo nada cambia ya no esperas nada nuevo. Y nada nuevo pasa.
Los días son hojas en blanco.
Un bosque entero de hojas en blanco;
desperdiciadas, podrían haber sido poesía.

Y si sientes dura, sangrante y amarga la garganta bebe más café y fúmate otro.

Nadie va a curarte.

Tú aguanta, mientras puedas."

Carta a un Yo del futuro que ya no se acuerda de su Yo del pasado, lo de siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario