El silencio rompe la luz de las farolas,
ya sólo se puede oír algún perro loco,
con la luna, siempre nosotros a solas.
La verdad, tratarnos de insomnes sería poco.
Y en la calle huele a sólo y frío,
tanto silencio como en el ritual de un muerto,
barrio de lunas, putas, silencio y vacio.
Sólo podrás ver un alma, un gato tuerto.
Un gato tuerto y a mí,
que deambulando borracho,
me perdí.
Para siempre.
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