sábado, 23 de julio de 2016

Mi campo.

Entre piedras y maleza
encontré mi hogar sagrado.
Ahora ni bebo cerveza,
solo la naturaleza
se queda hoy a mi lado.
Y mientras miro unas plantas
también me fumo otras cuantas;
un pajarito recita:
“Aquí mentiras no hay tantas
ni nadie agresivo grita,
ni arcenes, ni dios, ni llantas,
pudren como en la maldita
selva que llaman ciudad,
aquí el viento corre puro,
siempre huele a libertad;
y hasta el rincón más oscuro
trae consigo la bondad.
Y pasa que si el verano
lo fundes con marihuana,
este triste y loco anciano
se asoma por la ventana;
y al ver el sol y su llama
no se vuelve a encarcelar
y corre para escapar
después de mucho en la cama.
Y el que casi muerto estaba
parece que resucita,
aunque la tarde se acaba
e irse de aquí siempre irrita
por lo menos voy mejor.
Ahora ni bebo cerveza,
y diosa naturaleza
hoy me devuelve el favor.

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