Aquí me hallo;
dialogando con la muerte,
muy menudo.
Nunca callo;
y recuerdo que por ti,
no doy ni un duro.
Que enseñar es ayudar
a recordar lo olvidado,
y no me enseñaste a hablar
sino a odiar ser a tu lado.
Y con pena por bandera
y un grupo de amargas dudas,
que aunque amargas, son muy puras,
bombas de mente caseras.
Y es hora de despedirme,
que cojo cuerda y no paro.
Que cuando cojo la linde,
al tonto que soy disparo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario