Llevo mil poemas hablando de ti,
de tus miradas tristes y marrones,
tan tristes como todas las canciones
que como a ti, también perdí.
Bécquer nos sonreía vigilante
y no puede recordar tantos besos,
que ahora de mis recuerdos son presos
en una pesadilla delirante.
No sé que quiero, creo que rimarnos, aunque no sirva para nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario