sábado, 24 de septiembre de 2016

Uno.

Hace ya un rato que salí del concierto, pero hasta ahora no había estado solo. Ahora sin ruido, sin música, sin palabras podía oírlo; el silencio.
Envolvía cada centímetro de la habitación, haciendo que cualquier susurro pareciese un grito.

Necesito pensar, debo pensar, me estoy convirtiendo en un zombie que sigue andando por absolutamente nada; llevo bastante tiempo siendo inútil en casi todos los aspectos, y ahora es difícil no serlo, soy humano, no sé, me acostumbro a las cosas.

Sigo mirando al frente esperando la luz al final del túnel que tanto prometen, y nada...
Solo puedo ver negro, nada más, y después de estar aquí tanto tiempo la verdad es que no recuerdo si estoy andando en la dirección correcta.

Ya solo me queda perder del todo lo perdido y sería un hombre que no tiene nada. Cada vez soy más insoportable y no me gusta, claro.

Tampoco me preguntéis qué pretendo escribiendo esto; yo tampoco sé lo que hago.

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