jueves, 15 de septiembre de 2016

Inspiración envenenada.

Sepia se antoja hoy el cielo,
yo sigo saltando y nunca retomo el vuelo.

Hay tantas flechas de hielo
atravesándome el pecho;
hoy las llaman ansiedad.

Flechas que me atan al suelo,
cuando nunca puse techo
a esta sucia realidad.

Y el mundo es un gran tablero,
con una sociedad lerda,
necia, enferma, envenenada.

Y mandatarios de acero,
que únicamente hablan mierda,
y por nadie, nunca, nada.

Reyes que siempre al acecho
esperan que algún abuelo
les implore caridad,
hoy en día la verdad
como todo es relativa,
tú lo eres, también yo,
unos prefieren sativa
pero, por dios, que yo no.

Hachís, blues y ni una musa
más que la propia locura,
locura zorra e intrusa,
que espero no tenga cura,
que regala cada excusa
que me sirve de armadura
para ser un caradura.

Ya rimo hasta por rimar,
sigo feo y apagado,
pero algo estoy cambiando.

Tengo ganas de ir al mar,
duro menos agobiado
y sigo solo, fumando.

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