Me empiezo a levantar
y el sol aumenta mi resaca.
Recuerdo que forzar nunca sirvió para nada,
se separan, en mi cabeza,
la esperanza y tu mirada.
Y solo espero tener fuerzas para dar otra zancada.
Separa el dolor de tu mente,
sigue adelante,
con ojos de delincuente,
de frente
siempre con la voz cantante.
Y aunque me pese,
y la ansiedad nunca cese,
sigo en un mundo de gente
siendo un animal distante.
El principio del fin
empezó cuando nací,
y vivir así, te aseguro que no es vivir.
Sigo recordando lo primero que escribí,
y joder, joder...
Ya no escribo nada así.
Creo que se ha acabado todo.
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