domingo, 4 de diciembre de 2016

III.

Y sangre caliente cae mojándome la boca,
casi no consigo ver nada entre tanta muerte;
tanta niebla jode mi vista que ya no enfoca
y se vuelve loca la ansiedad, ahora más fuerte.

Vivo más tranquilo pero me muero de frío,
bebo entre paredes que no entienden casi nada.
Vago por andenes en cualquier sitio sombrío,
y huelo el rocío sangrando cada nueva madrugada.

Todo lo que escribo es lo mismo pero cambiado,
ya solo respiro para llegar al final,
siento que este cuento solo puede acabar mal;
ya no es normal, que me despierte tan cansado.
Abro mis recuerdos, hoy me acostaré a tu lado,
pensaste al mirarme ¿Lamo su herida o la rasco?
Ahora casi todos mis poros te tienen asco
y solo me calma que esa mierda se ha acabado.

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