domingo, 23 de noviembre de 2014

Adiós noche.

 Y...

"Todo empezó y terminó a la vez, el mismo día, a la misma hora. Se terminó mi descanso por la noche y empezó mi otra vida nocturna.
Ese día, era sábado, otro sábado, era ya bastante tarde y tenía que volver a casa, estaba a unas paradas de metro de mi piso, pero cuando llegué al metro estaba cerrado, entonces fue cuando me di cuenta, era más tarde de lo que creía. “No sé, me habré entretenido en el bar” pensé, y también pensé otra infinidad de cosas como “Tenía que haberme ido antes”… Y es que yo nunca había sido miedoso ni me había dado “mal rollo” la oscuridad ni la noche, pero si hubieseis visto esas calles oscuras, muertas, sin nada encendido en pleno centro me entenderíais. Allí, sólo, a saber a qué hora y con alrededor de ocho metros en la calle madrileña tenía que volver a casa, ya empecé a comerme la cabeza y mientras me decidía si llamar a un taxi o ir andando miraba la hora e m móvil que llevaba horas apagado. No recordaba cómo se había acabado la batería y entonces decidí mirar la cartera, cada vez más nervioso. Entonces vi los cuatro céntimos que me quedaban de ese día de fiesta.
Entonces ya sin querer tuve que descartar la opción de ir en taxi a casa y decidí ponerme en marcha, “Cuando antes empiece a andar antes llegaré” supuse, comencé a deambular por las calles frías y vacías que parecían las de un pueblo fantasma, lo cual me extrañó bastante estando en la capital. Cada sombra de las pocas farolas que estaban iluminadas y cada ráfaga de viento que movía lo que fuera que moviese me asustaba cada vez más; no sabía el por qué pero cada vez estaba más cansado, sería el frío o las cervezas que ya llevaba dentro y que me habían dejado sin pasta para el taxi. No sé, quizás debí no haber salido esa noche, o haberme ido antes a casa pero es poco importaba ya.
Andaba ya cada vez más rápido hasta que empecé a correr, mi pecho latía demasiado rápido y tuve que parar, cuando alcé la vista vi dos posibles caminos a casa, de la cual ya estaba cerca: Uno era rodear un parque, lo cual serían alrededor de cinco minutos de viaje, con su frío y cansancio incluidos, el otro camino era un callejón por el que iría más rápido (ese sitio desde siempre me había dado miedo, ni una farola alumbraba ese lugar y todo estaba sucio, parecía que el tiempo se había parado allí) pero no sé si por estar ya hasta los cojones de esa noche o que tenía un sueño impresionante, puede también que siempre me hayan gustado los caminos fáciles, pero elegí el segundo camino.
Me adentré en el callejón sin poder correr ya del flato, sólo se oían mis apagados jadeos, allí dentro no veía más allá de mis manos y se intuía un olor horrible, que debía ser causa de los cubos de basura, que a saber cuánto tiempo llevaban sin limpiarse, llegaba al final de ese infierno cuando oí un ruido atrás, todavía no alcanzo a comprender por qué me di la vuelta, y como no la curiosidad mató al gato, y eso era lo que encontré, un pequeño gato negro de espaldas, había tirad uno de los cubos y de eso me asusté, solté una carcajada y cuando me fui a dar la vuelta el gato se me adelantó, y pude verlos, esos ojos amarillentos que parecía iluminaban todo el callejón, los más bonitos que nunca he visto, pero cuando me acerqué, desapareció. Eso sí, nunca podré olvidar esos ojos.
Me dirigí ya a casa, muerto del sueño y cansancio y caí rendido en la cama, pero no podía dormir, cuando abrí los ojos… no estaba en mi cama.
Estaba en ese callejón, ¿Otra vez? No puede ser, a lo mejor me he desmayado del cansancio allí y me acabo de despertar…. Pero, no sé, solo sé que ya no sentía frío, nada de frío.

Mi sorpresa vino cuando decidí a mirar abajo, y no vi ms piernas, no, vi un par de pequeñas y peludas patas negras; entonces lo entendí todo, entendí por qué no sentía frío, por qué podía ver en esa oscuridad iluminada por mis ojos y entendí que nunca más iba a poder dormir, pasando mis futuras noches en vela siendo aquel gato, ese pequeño gato negro hasta que encontrara algún, como yo, incauto y absurdo idiota que decidiese andar a las tantas de la noche por un callejón oscuro."

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