viernes, 7 de noviembre de 2014

Y si entro... qué.

Y como siempre yo estoy sentado, frente a esa puerta. No sé lo que hay al otro lado.
No paro de imaginarlo, como siempre.
Y no sé qué hacer, como siempre. Aunque sé lo que haré, haré lo de siempre, quedarme aquí, sin entrar y siquiera llamar a ver si alguien me abre, yo simplemente la miro y pienso, como siempre, qué es lo que habrá allí, en ese sitio desconocido.
Creo que nunca he cruzado una de estas puertas; o me han empujado o he obligado a que me empujen, siempre.
Y ahora ¿Qué haré?, es la pregunta que hay que hacerse. Aunque eso ya lo sé yo y lo tendríais que saber vosotros. Pues me voy a quedar aquí, me voy a fumar un cigarro delante de la puerta y voy a esperar a que desaparezca para siempre, y venga otra, y se repita lo sucedido. Como siempre.
Y ya llegará el fin.

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