Y este es el mío. El mío aquí, claro. Ahora lo cojo como un niño su juguete nuevo; pero como el mismo niño, yo, quién sabe cuándo me cansaré de esto. Quizá ya lo esté al terminar el punto y final de esta entrada, o quizá no lo haga nunca. De todas maneras, a quién le importa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario