lunes, 23 de noviembre de 2015

Simba y los buitres.

En fábula sería el rey
de la selva y la sabana.
Con mi melena, de ley
única, simple y llana.

Mando yo, soy el león,
y todos mi servidumbre.
Y los poetas de cartón,
sin rima; mala costumbre.

Ya darán explicaciones
cuando llame a declarar,
a todos esos buitrones
que “escriben" para follar.

¿Por qué tan ruin tu manera
de rimar y de besar?
Tu poesía nunca sincera,
victimista y muy vulgar.
Ya estoy harto de las hienas
que solo buscan gritar,
a todo el mundo sus penas,
a ver si así, al llorar...
Consigues que el río suene,
que alguien toque tú penoso,
miembro, siempre asqueroso,
más sucio que lo que toso,
es más pena que ser pene.

Buitre de media jornada,
y la otra media llorando.
Solamente en la fachada
para ver si algún día cuando...

Alguna pobre chiquilla,
se crea tu mentirijilla,
te coma un poquito el bajo.
Aunque solo hay interés,
en follarla en medio mes
y se te canse el badajo.

Harto de ti estoy, llorica,
presumiendo lo sensible;
sin saber qué significa
la empatía, cabrón terrible.

No me toques los cojones
subnormal de tres al cuarto,
anda que no hay más maneras
de intentar provocar parto.

Que el victimismo y engaño,
que el enfado y el regaño
para el maltrato de mente.

Tú, ridículo fantoche,
caja llena de reproche,
ira y envidia candente.

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