lunes, 29 de agosto de 2016

Donde se separan el suburbio y la ciudad.

Es mi rincón preferido,
y aunque parezca sombría
su calle es todo alegría
y los gritos no son ruido.

No viene la policía,
y mejor, no es necesario,
aunque haya lío a diario
se calma al ser otro día.

Aunque sucio y solitario
no necesitamos más,
que quemar el calendario
y bajar del escenario
al que incultos llamáis vida.

Queremos estar tirados
y cuando escapen los grados
intentar otra partida.

Salir de noche, de caza,
somos lobos, de una raza
podrida y en extinción.

Corruptos y callejeros,
hasta arriba de agujeros,
el alma y el pantalón.

Esclavos y prisioneros
de las malas decisiones,
pero en todas mis canciones
siempre somos los primeros.

Nuestros dientes afliados,
los corazones pegados
y tirados en rincones.

Espero no nos cansemos
del arte que siempre vemos
en bancos y callejones.

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