Aunque no lo admita estoy cansado de tanta ansiedad,
la más fuerte dinamita hoy el pecho me tortura.
Del dicho al hecho, hay un trecho que mata mi libertad,
y la verdad, ya no veo más cura que la locura.
Tengo muchas cicatrices que arden en mi cuello,
pero también esperanzas, canciones y rebeldías.
Hay días tontos y tontas todos los días, ya no soy plebeyo,
de tus mentiras y tonterías
Quemo otra carta de suicidio, aún aguanto,
mi luz está harta del subsidio de mi llanto,
sé que ya no hay nada que pueda parar mi canto
y escapo sólo, con mi nana de quebranto.
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