jueves, 24 de noviembre de 2016

Venenos de garrafón

Palabras podridas se te ahogan en la garganta, ya no hay salidas, y cada herida, mató la planta.

El árbol sagrado del amor ya no da fruto; ahora el rencor, absorbe lo diminuto, que fue cada minuto de calor...

Siento el estupor del que sin querer pisa una flor; preciosa, delicada, retorciéndose en dolor... Pero no fui yo; no fui yo el que la mató...

Ahora un sabor en mi boca, suave agonía; disculpa que hace un tiempo ya que no sonría, pero no hay forma de mantener en mi cama, a la alegría, llevo una antorcha en la mano porque la noche siempre es fría.

Decís que no resucito, pero yo veo mejoría. Ya, casi, casi ni grito y ya solo espero el día; en que tiemblen las mentiras y arda la tiranía...
En que todo el puto mundo, necesite la poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario