Las musas en forma de besos,
difusas, pioneras de excesos.
Las reinas, vestidas de Prada,
pero sin perdón.
Y con esas boquitas rojas
carmín y alcohol solo alojas,
muñeca rota de porcelana y
alma de cartón.
Viviendo la vida aprisas,
nena, sórdida sonrisa,
vas buscando caballero
para una salvación.
Pero buscan peor que mal,
y dan con un animal,
que sólo sabe echar sal
a su ambición.
Y acaban rotas y heridas,
no son pocas estas vidas,
de princesas corroidas;
que al final se quedan frías
y sin su corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario