Sonrío solo por fuera,
porque no he de sentir nada.
Cubierto con las cadenas,
que me engancha tu mirada.
Y esto es el último aviso,
a todas las unidades,
que hay dentro de mí,
y me obligan a sentir.
Que añoro tu pelo liso,
con todas sus vanidades,
todas las que obvié por ti,
para poder seguir.
Ahora llamo a mis defensas,
mis sudorosas y tensas,
manos le dan al gatillo,
un suave empuje y el brillo,
de la chispa que produce,
el chasqueo del percutor,
balas de plata y calor,
te borran de mi interior.
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