Como en el fuego cruzado,
entre el tío del espejo y yo,
me dé una bala.
Me voy a tener que cagar en Dios.
No me importa en cuál.
Y sólo puede quedar uno,
y el tío del espejo es más fuerte
que yo
que tú.
El diablo.
Y es que da igual quien sea el ejecutor.
El ejecutado seré yo.
El muerto que ríe.
Y sangraré hasta que se calme la sed del reflejo.
Al que no reconozco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario