lunes, 30 de marzo de 2015

Delirios de ansiedad III.

La garganta escupe ascuas,
de la botella la fragua
que me va matando lento.

Y ojalá fuese deprisa,
y se olvidaran las risas,
que ya nunca nunca siento.

Y la espuma va a mi boca,
que se va volviendo loca,
sorbo a sorbo y trago a trago.

Qué más da, ya nada teme,
sabe que aunque mucho reme
nunca saldrá de este lago.

Y nada es más importante,
para el poeta.
Que la luna y sus colores.
Pero se lo pasa bien,
ella en todas las camas,
de estrellitas solitarias.

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